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El desafío de amar
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Aisha Dalís Molina-Calderón, MHS CPAS
Educadora de Diversidad, Equidad e Inclusión, Sexóloga y Profesora del Instituto Sexológico Educativo y Psicológico de Puerto Rico, Coordinadora del Programa Jóvenes Latinas al Poder, Fundadora de Sexgnosis, Investigadora social, Secretaria del Comité AdHoc para la Promoción de la Salud Sexual de la APPR, Miembro del Taller Creativo para la Educación.
En pos de una educación sexual de manera responsable, liberadora, equitativa, transdisciplinaria, inclusiva, pluralista y diversa. También, apoyar y colabor con organizaciones, movimientos y/o proyectos dirigidos a mejorar la calidad de vida de la juventud, la niñez y la población general.
Email: sexgnosispr@gmail.com
El poliamor es una forma de relacionarse y vincularse afectiva y sexualmente con múltiples personas, con el conocimiento y consentimiento de todas las partes involucradas (Klesse, 2006). Una de las características que captan la atención es que, en este modelo de relación, no existe la exclusividad sexual o emocional, y todas las partes involucradas están al tanto de las relaciones de las demás. A pesar de que esta forma de amor no es nueva, cada vez es más visible en la sociedad actual por lo que es importante que comprendamos los diferentes tipos de poliamor, las ventajas y desventajas, así como las variaciones en este estilo de relación.
A lo largo de las últimas décadas, ha habido un crecimiento en el interés y la aceptación de las relaciones no monógamas en la sociedad (Conley et al., 2012). En este escrito estaremos explorando algunas de las características, desafíos y beneficios del poliamor y cómo este tipo de relaciones se enmarca en el contexto de la sociedad actual. En esta forma de relación, las personas pueden tener múltiples parejas amorosas simultáneamente, con el consentimiento y la comunicación abierta de todas las partes involucradas. Aunque ha sido objeto de críticas y estigmas sociales, cada vez más personas están adoptando esta forma de amor y relaciones.
Desde el punto de vista de la educación sexual, el poliamor puede ser visto como una oportunidad para explorar diferentes formas de intimidad y relaciones amorosas, así como para aprender a comunicarse de manera efectiva y establecer límites claros en las relaciones. Exploraremos el concepto de poliamor, sus fundamentos éticos, desafíos y beneficios, así como las diferencias entre poliamor y otras formas de relaciones no monógamas. El poliamor cuenta con unos fundamentos éticos basados en la idea de que el amor no es un recurso limitado y que es posible amar a múltiples personas al mismo tiempo (Veaux & Rickert, 2014). A diferencia de la infidelidad, el poliamor se centra en la transparencia, la honestidad y el consentimiento mutuo entre todas las partes involucradas (Barker & Langdridge, 2010).
Los fundamentos éticos del poliamor incluyen que debe existir una comunicación abierta y honesta, que es esencial para establecer expectativas y límites claros en las relaciones poliamorosas (Taormino, 2008). El consentimiento informado también es importante ya que todas las partes involucradas deben dar su consentimiento explícito y estar completamente informadas sobre la naturaleza de las relaciones (Benson & Brunning, 2020). Respecto a la autonomía personal, el poliamor valora la independencia y la capacidad de cada individuo para tomar decisiones sobre sus propias relaciones (Wagner, 2012).
A pesar de los fundamentos éticos, las relaciones poliamorosas pueden enfrentar desafíos tales como el estigma social. El poliamor enfrenta esta estigmatización y discriminación en la sociedad debido a la monogamia como norma predominante (Sheff, 2014). El manejo del tiempo también puede ser complicado en relaciones poliamorosas, ya que cada relación requiere tiempo y atención (Mitchell et al., 2014). Sin embargo, también hay beneficios asociados con el poliamor, incluyendo una red de apoyo ampliada ya que las personas en relaciones poliamorosas a menudo disfrutan de una red de apoyo emocional y práctica más amplia (Haritaworn et al., 2006). Las relaciones poliamorosas también pueden facilitar el crecimiento personal al permitir a los individuos explorar diversas dinámicas y conexiones emocionales (Benson & Brunning, 2020).
En un estudio realizado por Barker y Langdridge (2010), se encontró que las personas involucradas en relaciones poliamorosas reportaron niveles más altos de satisfacción en sus relaciones amorosas que las personas en relaciones monógamas tradicionales. También se encontró que las relaciones poliamorosas a menudo implican una mayor comunicación abierta y honesta, lo que puede ser una habilidad importante para cualquier tipo de relación.
El poliamor puede ofrecer una oportunidad para explorar la sexualidad de manera más diversa y segura. Dado que las relaciones poliamorosas suelen estar basadas en el consentimiento y la comunicación clara, es más probable que las personas involucradas tengan conversaciones honestas sobre sus necesidades y límites sexuales, lo que puede llevar a relaciones más saludables y satisfactorias en general. Sin embargo, es importante destacar que el poliamor es un tipo de emparejamiento que no es para todas las personas. Al igual que cualquier otra forma de relación, requiere un compromiso y una comunicación constante entre todas las partes involucradas.
Dentro de este tipo de relación, existen varias formas de emparejamiento, entre las que se encuentra el poliamor jerárquico. En este tipo de poliamor, una relación ocupa el primer lugar, mientras que las demás relaciones son secundarias. La relación primaria generalmente involucra una relación comprometida, como un matrimonio o una pareja a largo plazo, mientras que las relaciones secundarias pueden variar en términos de compromiso y tiempo. En este tipo de poliamor, a menudo se establecen reglas y límites para las relaciones secundarias, como el tiempo dedicado y/o la frecuencia de los encuentros (Sheff, 2017).
Otra forma de vivir el poliamor es haciendo una red de relaciones, en la que todas las partes están conectadas en diferentes niveles. Todas las personas en la red son consideradas igualmente importantes y no hay una relación principal. En una red poliamorosa, cada persona puede tener varias relaciones amorosas y sexuales, y todas las partes involucradas están al tanto de las otras relaciones (Easton & Hardy, 2009). Por otra parte, la polifidelidad es un grupo de personas que está comprometido exclusivamente entre sí. A menudo, las personas en este tipo de relación no tienen relaciones sexuales o emocionales con nadie fuera del grupo. Se asemeja más a una relación monógama en términos de exclusividad, pero en este caso, se aplica a un grupo de personas en lugar de solo a dos (Veaux, & Rickert, 2014).
Si damos una mirada sociológica, este tipo de relación se entiende como una forma de relación que desafía las normas sociales dominantes y las expectativas culturales en torno a la monogamia. A lo largo de la historia, la monogamia ha sido considerada como la norma social dominante en la mayoría de las culturas, y se ha visto como la forma "correcta" de relacionarse en el ámbito íntimo. Sin embargo, en los últimos años, ha habido un creciente interés en el poliamor y otras formas no monógamas de relación como resultado de la creciente aceptación de la diversidad en términos de orientación sexual, identidad de género y estructuras familiares. Esto puede ser visto como una respuesta a la insatisfacción con las normas sociales tradicionales en torno a la monogamia, que pueden percibirse como restrictivas y opresivas para algunas personas.
Desde esta perspectiva, el poliamor puede ser entendido como una forma de resistencia y desafío a las normas sociales dominantes y a la cultura de la monogamia. Además, puede ser analizado en términos de su impacto en la estructura social y en las relaciones de poder. Al desafiar las normas sociales en torno a la monogamia, el poliamor puede contribuir a la creación de nuevas formas de organización social y a la redefinición de las relaciones de poder en las relaciones sexuales. Así, el poliamor puede ser entendido en términos de su relación con el individualismo. Al permitir la exploración de diferentes relaciones y la satisfacción de múltiples necesidades y deseos individuales, el poliamor puede estar contribuyendo a la creación cultural en la que el individuo y sus necesidades son prioritarios.
En términos de investigación, hay un creciente interés en el estudio del poliamor desde una perspectiva sociológica. Estudios recientes han examinado la experiencia de las personas poliamorosas en términos de su identidad, el estigma social y las estructuras familiares y se ha investigado sobre cómo el poliamor afecta las relaciones de poder y la distribución de recursos dentro de la relación (Barker, 2018, Barker & Langdridge, 2010; Conley et al., 2013; Sheff, 2014). Desde una perspectiva sociológica, el poliamor puede ser visto como una forma de resistencia a las normas sociales que dominan en torno a la monogamia, y puede tener implicaciones más amplias en términos de la distribución de poder y recursos en la sociedad en general. A medida que la sociedad continúa evolucionando, es importante seguir investigando sobre el poliamor y otras formas no monógamas de relación, para comprender mejor sus implicaciones sociales y culturales.
Es importante respetar y honrar las elecciones y decisiones de las personas sobre sus propias vidas amorosas y sexuales. El poliamor puede ser visto como una oportunidad para aprender habilidades importantes de comunicación y establecimiento de límites, así como para explorar la sexualidad de manera más diversa y segura. A medida que más personas adoptan esta forma de relación, es importante educarnos sobre estos temas, que comprendamos y respetemos esta elección individual y proveamos nuestros servicios sin prejuicios.
Referencias:
Barker, M. (2018). Consensual non-monogamies and contemporary intimacies. The Sociological Review, 66(2), 219-235.
Barker, M., & Langdridge, D. (2010). Whatever happened to non-monogamies? Critical reflections on recent research and theory. Sexualities, 13(6), 748-772.
Benson, K. T., & Brunning, L. (2020). Love, justice, and autonomy: Philosophical limitations of polyamory. En M. A. Finn & J. Malatino (Eds.), The Routledge Handbook of Radical Politics (pp. 309-320). Routledge.
Conley, T. D., Moors, A. C., Matsick, J. L., & Ziegler, A. (2013). The fewer the merrier?: Assessing stigma surrounding consensually non-monogamous romantic relationships. Analyses of Social Issues and Public Policy, 13(1), 1-30.
Haritaworn, J., Lin, C. J., & Klesse, C. (2006). Poly/logue: A critical introduction to polyamory. Sexualities, 9(5), 515-529.
Klesse, C. (2006). Polyamory and its ‘others’: Contesting the terms of non-monogamy. Sexualities, 9(5), 565-583.
Mitchell, M. E., Bartholomew, K., & Cobb, R. J. (2014). Need fulfillment in polyamorous relationships. The Journal of Sex Research, 51(3), 329-339.
Sheff, E. (2014). Polyamorous families, same-sex marriage, and the slippery slope. Journal of Contemporary Ethnography, 43(2), 143-176.
Sheff, E. (2014). The Polyamorists Next Door: Inside Multiple-Partner Relationships and Families. Rowman & Littlefield.
Taormino, T. (2008). Opening Up: A Guide to Creating and Sustaining Open Relationships. Cleis Press.
Veaux, F., & Rickert, E. (2014). More Than Two: A Practical Guide to Ethical Polyamory. Thorntree Press.
Wagner, I. (2012). Polyamory: A call for increased mental health professional awareness. Archives of Sexual Behavior, 41(4), 917-919.
Weitzman, G. (2013). The new realities of polyamory. Electronic Journal of Human Sexuality, 16.