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patri gonzález ramírez (elle)
Consultore independiente, intérprete y practicante de Justicia del Lenguaje con un fuerte análisis de género y lente decolonial. Tiene muchos años de experiencia en producción de medios comunitarios, facilitación, procesos colectivos, planificación de eventos, educación popular y alfabetización mediática. Reconocide por la Casa Blanca como Líder LGBT Emergente.
Poliamor...desde mi experiencia...
El poliamor es la manera como yo me relaciono con las personas con las que tengo relaciones íntimas, románticas y vínculos sentimentales; es una manera que para mí funciona de organizar mi vida y mis relaciones. Me tiene más sentido no asumir que el amor, el afecto, el sentimiento o las cosas más prácticas como la convivencia o las finanzas se deben ligar a una sola persona en mi vida y que esa persona deba cumplir a cabalidad con todas esas expectativas. Es una propuesta donde, en mi experiencia, hay un vínculo distinto con el sentido de obligación, con el sentido de que yo estoy obligade a cumplir ciertas metas con esta única persona. Me da más autonomía, y siento que, habiendo practicado ambas la monogamia como imposición (o como norma cultural) y el poliamor, la segunda me permite más independencia y desarrollo pleno como persona. También permite que las otras personas con las que yo comparto tengan su individualidad y sus intereses, que lleguen a ser su mejor versión de sí misme para así compartir conmigo y con quienes más deseen. No es que esto no pueda pasar en una relación monógama, pero el poliamor es más realista y consciente de lo que se pide a las personas, sobre lo que se espera que puedan dar en un vínculo.
Para sostener relaciones poliamorosas es importante que haya herramientas de comunicación, autorreflexión y autoconocimiento de cada persona, confianza en ti y en las otras personas con las que compartes, y soltar esa idea de posesividad de que alguien nos pertenece. La persona no tiene que ser “nuestra” para simbolizar amor o sentimiento real. Estamos en este mundo prestades, para compartir por el tiempo de vida que estemos en este plano, no le pertenecemos a nadie. También ayuda tener redes de apoyo, personas con las que te sientas que puedes hablar del poliamor como algo normal. En las relaciones monógamas las personas tienen sus familiares y amistades con quienes pueden hablar de sus problemas o su situación de día a día. Tener personas de confianza que entiendan o que también sean poliamorosas ayuda cuando se tiene esos momentos de necesidad de hablar, como cualquier otra persona los tiene.
Si se practica bien, el poliamor trabaja más con la importancia de estar bien con une misme antes de darle todo a otra(s) persona(s). Me provee un balance desde las labores emocionales, cómo dividimos las responsabilidades, hasta las configuraciones financieras o de vida. Hay unas expectativas más claras de qué puedes cumplir y qué no, y no sientes que estás dando más de lo que puedes. También depende de la configuración de esos vínculos poliamorosos. Cada situación es diferente y vamos aprendiendo que en diferentes etapas vamos teniendo diferentes necesidades, necesidades de estar más acompañades, de estar más tiempo soles, quizás necesidades más románticas, en otros momentos quizás puede haber necesidades más físicas, en otras más de cuidados y consuelo. Para mí, una configuración poliamorosa permite, con el consentimiento de todas las partes, adaptarnos a las necesidades de los diferentes momentos porque nuestras vidas no son estáticas, tenemos diferentes trayectorias.
Sin embargo, las personas poliamorosas enfrentan fuertes estigmas a partir de lo que la cultura popular dicta. Se nos dice que las personas poliamorosas solo son promiscuas, inmorales, que no tienen sentido de compromiso, que están “pegando cuernos”, que no son ejemplo para la niñez y la juventud, que no son hogares estables o vínculos sustentables a largo plazo. Yo siento lo contrario. Las relaciones poliamorosas son lo opuesto de “pegar cuernos” porque no es en secreto. El sentido de compromiso de una persona poliamorosa a su(s) pareja(s) puede ser incluso más fuerte y fiel que el de personas monógamas que tienen otras relaciones extra maritales no consentidas. Por otra parte, hay por ejemplo personas poliamorosas que no tienen vínculos sexuales. El sexo no es esencial en todas las relaciones poliamorosas, sino a la inversa. Las relaciones poliamorosas permiten a las personas más autodeterminación sobre si quieren compartir sexualmente o no y con quién, no sienten la obligación de que tienen que tener sexo con su(s) pareja(s) para complacerle(s).
En muchas relaciones monógamas se determina que el sexo es una de las partes importantes de una relación de pareja y que, si eso no se da, hay problemas en la relación. Hay personas que pasan por diferentes fases sobre cómo se relacionan con el sexo y eso se puede convertir en un problema si en el vínculo que tienen se espera que haya sexo y no se está dando. A mí me preocupa que a veces las personas monógamas tienen sexo sin quererlo, por cumplir con esa expectativa, mientras que en las relaciones poliamorosas puede que haya una persona con la que tú tengas relaciones sexuales, pero puede ser que con las otras no. Puede ser que lo hagas con todas y que cada una cumpla con unas necesidades sexuales particulares que tú tienes, porque la gente también tiene una diversidad de necesidades y de deseos sexuales y me parece más honesto no pretender que una sola persona y un solo cuerpo cumpla con todas ellas. Hay gente que son todo lo contrario, que están más en el espectro asexual y pueden tener el sentido de compromiso, de romance, de intimidad sin sentir que no le están cumpliendo con esa parte sexual a sus parejas. Creo que en general las personas poliamorosas usualmente tienen más consciencia, entendimiento y empatía hacia estas situaciones porque saben que una pareja no tiene que cumplirle con sexo obligatoriamente. En mi experiencia, las personas poliamorosas están más conscientes de lo que es el consentimiento en el sexo y promueven tener sexo de manera consentida y no por obligación.
Las relaciones poliamorosas tienen la capacidad de ser igual de duraderas como cualquier otra relación, pero cada vínculo y experiencia es diferente. He conocido personas tanto monógamas como poliamorosas cuya relación más bonita o más preciada, de sentimiento profundo de amor fue una relación breve y otras personas que ha sido una relación de larga duración. También hay gente que puede llegar a la vida de una persona por un periodo breve y luego la relación se transforma en otro tipo de vínculo. En mi vida tengo personas con las que salí por un breve periodo y hoy les tengo como grandes amigues. Les aprecio igual que cuando compartimos íntimamente y son fuentes de apoyo donde existe un lazo de comunidad.
Asimismo, hay quienes desean construir a largo plazo y eso se puede hacer con una o más personas, en sus varias manifestaciones ya que hay diversas maneras de ser poliamorose. Las personas poliamorosas pueden tener proyectos de vida con una o con varias personas, aunque no sea el mismo proyecto de vida que otras personas consideran o piensan que es un proyecto de vida. En mi experiencia, yo he hecho planes a largo plazo con mis parejas, compromisos tradicionales, por ejemplo, pasamos las Navidades juntes, vamos a las actividades familiares, tenemos unos espacios de amistades y actividades que hacemos anualmente con personas que forman parte de nuestras vidas, organizamos nuestros calendarios y las metas que tenemos a futuro, y eso se puede hacer con una o más personas. Las personas son diferentes, hay gente que se quiere casar, comprar casa, tener hijes, o comenzar un proyecto comunitario y entiendo que deben poder hacerlo independientemente de cuál sea la configuración de su relación.
Creo que las personas poliamorosas pueden tener familias plenas como cualquier otra relación monógama. Por ejemplo, para quienes tienen hijes, el poliamor puede permitirles disfrutar de vínculos más plenos que se adapten a las necesidades de crianza donde se puedan dividir las responsabilidades y tener mayores apoyos. Hay familias cisheteronormativas y monógamas que sus figuras parentales se divorcian y sus hijes terminan con cuatro figuras parentales compuestas por las biológicas y las parejas nuevas. Personas que tuvieron ese tipo de crianza me han comentado los beneficios que tuvo tener varias figuras parentales. Entonces no entiendo por qué se ve mal por la sociedad hacer lo mismo, pero de manera consentida y planificada, por qué estaría mal si las personas desean una configuración poliamorosa para crear una familia y la crianza de sus hijes. Estos estigmas parten de un proyecto de moral y de religión para que la gente sienta que no hay otra alternativa más que ese núcleo familiar que se ha impuesto. Sin embargo, pienso que para mucha gente, incluso monógama, la experiencia vivida es otra. Muchas personas tienen otras configuraciones familiares que les funciona, como quienes viven con abuelas, tíes, u otra familia extendida o escogida para compartir las responsabilidades del hogar o la crianza. A diferencia de la mayoría de las configuraciones en el mundo, las relaciones poliamorosas no sólo no son aceptadas, sino que el Estado no les facilita obtener todos los servicios y beneficios que necesitan. Este tipo de planificación familiar sería más fácil para las personas poliamorosas si el Estado validara nuestros vínculos, por ejemplo, si pudiéramos cubrir a nuestras parejas en los planes médicos, que pueda haber división de bienes, entre otros asuntos que se debieran abordar.
Hay quienes piensan que el poliamor es una moda. Sin embargo, hay récord histórico de que ha existido por siglos de la historia escrita, aun cuando la historia ha sido escrita mayormente por instituciones como el Estado y las instituciones religiosas que han hecho todo lo posible por borrar su historia. A través de la historia de la humanidad, las sociedades se organizaban de manera diferente y la familia nuclear como institución de “mamá, papá y los hijos” es algo relativamente nuevo y con unos propósitos de organización de capital y la expansión de la Iglesia. Por otra parte, en el reino animal también existe una diversidad de configuraciones: hay especies completamente monógamas, hay especies que hacen crianza colectiva, hay configuraciones del mismo sexo, y hay animales que tienen varias parejas o que cambian de pareja. La diferencia es que en el reino animal nadie está juzgando, los elefantes andan pendientes de cómo los leones hacen su crianza y los caballitos de mar no le imponen a los pingüinos su manera de aparearse. Sus sistemas han funcionado, son especies que han estado aquí por mucho tiempo. En los seres humanos sí hay una imposición socio-cultural de estas normas, y parece haber una necesidad de los entes de poder de imponer, oprimir, y violentar a quienes no caben dentro de ese sistema de idiosincrasia.
Para mí, las relaciones poliamorosas tienen sentido en las personas LGBTQ+. La mayoría de las personas poliamorosas que conozco son Cuir, pansexual o bisexual, aunque también he conocido personas LGBTQ+ que son súper monógamas. Debido a las discriminaciones del Estado hacia nuestras comunidades, por nuestras identidades de género y de orientación sexual, he conocido muchas personas LGBTQ+ que aspiran obtener los derechos igualitarios y que rechazan vínculos como el poliamor. No quieren ninguno de los prejuicios y estigmas que tiene la sociedad hacia nuestras comunidades. Puedo entender a estas personas que no desean vincularse con el poliamor por pensar que van a ser doblemente estigmatizadas y discriminadas, especialmente cuando ya tienen otras carencias institucionales y están luchando por derechos en otros aspectos de sus vidas. Pero es importante poder comprender la situación de vida de cada persona desde un lente más amplio y poder reconocer y respetar las necesidades de cada persona. Quizás hay quienes no han comenzado a cuestionar la mononorma o cómo todo está configurado con unas expectativas de vida que son impuestas. Sin embargo, espero que desde el activismo se pueda integrar en los reclamos las necesidades de las personas que somos poliamoroses ya que al igual que les demás merecemos respeto y aspiramos a una mejor calidad de vida libre de violencia y discrimen.